lunes, 31 de marzo de 2008

“Los patitos feos. La resiliencia: una infancia infeliz no determina la vida”
Boris Cyrulnik.
Gedisa editoral

“Los patitos feos es un libro optimista que demuestra que ninguna herida es irreversible, que un niño herido no está condenado a convertirse en un adulto fracasado ya que no todo se juega antes de los tres años y no todo está decidido a los seis. En contra de la creencia general, un niño maltratado no tiene por qué convertirse en un padre maltratador”.

Cyrulnik nos ofrece en este libro un mensaje de esperanza una visión alternativa y optimista para han sufrido una infancia dura y traumática, los cuales hayan tenido efectos dañinos e irreparables.

Siendo así que la fantasía, la creación artística o el don pueda sanar la herida de un niño, donde la misma sociedad adulta tiene que estar capacitada para dos cosas: el acogerlo y el acompañarlo al niño con todas sus particularidades y todos los traumas que haya podido tener. Es en este pensamiento o teoría donde se encuentra la moral de este generoso e inquietante libro y es cuando propone que la ayuda puede generarse al recuperar el lazo social -y a veces el contacto con una sola persona es suficiente-, cuando, en esta nueva trama, el niño herido logra convertirse en alguien que da, donde sólo así el patito feo podrá transformarse en cisne.

En el libro se hace una constante comparación con la conducta animal, donde Cyrulnik despliega todo el proceso de la “humanización” del bebé hasta el niño que habla. Aunque las señales están desde siempre presentes en el mundo de los seres vivos, permiten sólo un mecanismo de enunciado y respuesta inmediato.
Por otra parte, le dedica un espacio para hablar sobre el perfeccionamiento humano el cual consiste en poder distanciarse cada vez más de los objetos, manteniendo la relación con ellos, primero a través del dedo índice que los señala, luego a través de palabras, lo cual sólo tiene su lógica entre seres sociales.

La noción central de este estudio es que en el ser humano lo innato o genético y lo adquirido no se puede separar ni expresar en porcentajes. También un tema muy poco tratado que Cyrulnik aborda en este libro es la asombrosa frecuencia de incestos. Los niños que nacen de estas relaciones de las que no se puede hablar, quedan fuera del sistema simbólico. Es un problema social y psicológico grave, que por ahora sólo se puede dar en adopción para darle una identidad nueva.

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